El 'hacker', que todavía no ha sido acusado formalmente y está cooperando con la Policía neozelandesa y el FBI para explicarles como funciona la red, se identifica como "AKILL", y podría ser acusado de utilizar un acceso no autorizado y poseer herramientas de ataque cibernético.
Puede ser condenado por estos delitos a una pena máxima de diez años de cárcel.
Su arresto fue la culminación de una operación internacional iniciada en junio pasado por el FBI para descubrir a los criminales cibernéticos que utilizan "botnets" para el envío de un elevado volumen de mensajes contra recipientes específicos para bloquear sus sistemas operativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario